La Revolución industrial fue un periodo histórico
comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el
que Gran Bretaña en primer lugar,1 y el resto de Europa continental después,
sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y
culturales de la historia de la humanidad, desde el neolítico.
La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada
por otra dominada por la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con
la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del
hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de
transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las
innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la
denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria
textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad
de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en
las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras
industrias e incrementó también su producción.
Así es que en la Revolución industrial se aumenta la
cantidad de productos y se disminuye el tiempo en el que estos se realizan,
dando paso a la producción en serie, ya que se simplifican tareas complejas en
varias operaciones simples que pueda realizar cualquier obrero sin necesidad de
que sea mano de obra cualificada, y de este modo bajar costos en producción y
elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo costo fijo.
Etapas de la Revolución industrial
La Revolución industrial estuvo dividida en dos etapas:
la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de 1880 hasta 1914. Todos
estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como:
Demográficas: Traspaso de la población del campo a la
ciudad (éxodo rural) — Migraciones internacionales — Crecimiento sostenido de
la población — Grandes diferencias entre los pueblos — Independencia económica
Económicas: Producción en serie — Desarrollo del
capitalismo — Aparición de las grandes empresas (Sistema fabril) — Intercambios
desiguales
Sociales: Nace el proletariado — Nace la Cuestión social
Ambientales: Deterioro del ambiente y degradación del
paisaje — Explotación irracional de la tierra.
A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una
serie de transformaciones que hoy conocemos como Revolución industrial dentro
de las cuales las más relevantes fueron:
La locomotora de vapor fue un modo de transporte surgido
durante la Revolución Industrial.
La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el
invento de máquinas que mejoraban los procesos productivos.
La despersonalización de las relaciones de trabajo: se
pasa desde el taller familiar a la fábrica.
El uso de nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el
vapor.
La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de
vapor.
El surgimiento del proletariado urbano.
La industrialización que se originó en Inglaterra y luego
se extendió por toda Europa no sólo tuvo un gran impacto económico, sino que
además generó enormes transformaciones sociales.
ANA PATRICIA ALRCON CANO 2°A TM.
NL.1
Factores de la revolución industrial
La denominada Revolución Industrial tuvo su origen en Gran
Bretaña desde mediados del siglo XVIII. Uno de los aspectos más discutidos del
estudio de este proceso radica en la explicación de por qué tuvo lugar primero en
Gran Bretaña y no en otros países. Se trata por tanto de pasar revista de una forma sucinta a los principales rasgos de este
país en los momentos del "despegue" del proceso industrializador.
Factores políticos
Un régimen político estable, la monarquía liberal, que desde el siglo XVII es
el sistema político imperante
(mientras en otros países de Europa se refuerza la monarquía absoluta), y que
se mantiene libre de las revoluciones que aquejan a otros países europeos.
Las numerosas guerras en las que se vio envuelto el Reino Unido durante los
siglos XVIII y XIX no provocaron daños en territorio británico. La
insularidad actuó en este sentido como una barrera de protección a la que se
unía el desarrollo de una poderosa flota de guerra que mantendrá su hegemonía mundial durante los siglos
XVIII y XIX.
La existencia de una moneda estable y un sistema bancario organizado: el Banco de Inglaterra fue creado ya en 1694. Estas condiciones no
se darán en otros países europeos hasta finales del siglo XVIII.
Factores sociales y económicos
Abundancia de capitales, procedentes, en parte, del dominio comercial británico, pues desde el siglo XVII la marina
mercante británica en dura competencia con los holandeses se ha hecho con el control de buena parte de los intercambios comerciales de otros
continentes con Europa. El comercio de productos como el té o el tabaco, y el tráfico de esclavos, había
permitido la creación de enormes fortunas, en manos de comerciantes y
banqueros. Este comercio colonial proporcionaba a Gran Bretaña materias primas
y mercados donde vender sus productos manufacturados.
Incremento sostenido de la capacidad para producir alimentos por parte de la agricultura británica que está conociendo
un importante desarrollo, la denominada revolución agraria, desde la
aprobación de leyes que permiten el cercamiento de las propiedades.
Existencia de una abundante mano de obra. La población británica crece a gran
ritmo a causa fundamentalmente de los cambios en la agricultura: el suministro
constante y creciente de alimentos va terminando con las crisis demográficas.
Parte de esa población en crecimiento emigrará a las ciudades y formará la masa
de los trabajadores industriales.
La mayor libertad económica a causa de la debilidad relativa con respecto a
otros países de organismos como los gremios que suponían un freno a cualquier innovación en las actividades industriales. No es casual que fuese
un británico, el escocés Adam
Smith, autor de La Riqueza de las Naciones, quien
hiciese la más destacada e influyente defensa de la libertad económica: para
Adam Smith la mejor forma de emplear el capital para crear riqueza es aquella en la cual la intervención
de los gobiernos es lo más reducida posible. La mano invisible del mercado
asigna siempre de la forma más eficiente los recursos económicos de un país.
Abundancia de emprendedores entre los comerciantes y los grandes propietarios
de tierra.
Una aristocracia que permite y premia las innovaciones y la creación de
riqueza, en contraste con la nobleza de otros países, más tradicional, apegada
a la tierra y que desprecia cualquier forma de trabajo productivo.
Menor peso de los impuestos al comercio en el mercado interno: en Gran Bretaña
el peso de los impuestos interiores era muy reducido comparado con otros países
europeos donde era muy común encontrarse aduanas interiores cada pocos
kilómetros lo que convertía al comercio en una actividad poco productiva. Puede
decirse que en Gran Bretaña existía ya un mercado nacional que en otros países
sólo existirá cuando se eliminen las aduanas interiores y se cree una
importante red de ferrocarriles.
Factores geográficos
Abundancia de hierro y, sobre todo, de carbón. El hierro se encontraba en los
Montes, mientras que el carbón abundaba tanto en Inglaterra como en Gales y
Escocia. De hecho, después de tres siglos de explotación, Gran Bretaña sigue
teniendo enormes reservas de carbón. En las proximidades de las minas de carbón
se concentrará gran parte del potencial industrial británico en especial con el
nacimiento de una fuerte industria siderúrgica básica para proporcionar metales baratos para la construcción de máquinas, ferrocarriles, infraestructuras.
Fácil y constante suministro de agua como fuente de energía, pues el clima,
lluvioso, superando de promedio los 1.000 mm anuales y sin estación seca,
proporciona corrientes de agua numerosas y constantes. La energía hidráulica
desempeñará un importante papel en los años previos a la difusión de la máquina
de vapor.
El factor "insular": abundancia de puertos que facilitan el comercio
nacional e internacional. Este factor unido a la existencia de muchos ríos
navegables (y canales que se construirán) favoreció la creación muy temprana de
un mercado nacional con las ventajas que supone contar con un mercado de gran
tamaño a la hora de acometer inversiones.
Aldo Alberto Santiago Chávez
La Revolución industrial fue un periodo histórico comprendido
entre la segunda mitad del siglo
XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar,y el resto de Europa
continental después, sufren el
mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad, desde el neolítico.
La economía basada en el
trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura.
La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el
desarrollo de los procesos del hierro.
La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las
rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones
tecnológicas más importantes fueron la máquina
de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente
máquina relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron
enormes incrementos en la capacidad de producción. La producción y desarrollo
de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX
facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su producción.
Así es que en la
Revolución industrial se aumenta la cantidad de productos y se disminuye el
tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya que se
simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar
cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este
modo bajar costos en producción y elevar la cantidad de unidades producidas
bajo el mismo costo fijo.
La existencia de controles
fronterizos más intensos evitaron la propagación de enfermedades y disminuyó la
propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más eficiente la
producción de alimentos con una menor aportación del factor trabajo, alentando
a la población que no podía encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos
relacionados con la industria y, por ende, originando un movimiento migratorio
desde el campo a las ciudades así como un nuevo desarrollo en las fábricas. La
expansión colonial del siglo XVII acompañada del desarrollo del comercio
internacional, la creación de mercados financieros y la acumulación de capital
son considerados factores influyentes, como también lo fue la revolución
científica del siglo XVII. Se
puede decir que se produjo en Inglaterra por su desarrollo económico.
La presencia de un mayor
mercado doméstico debería también ser considerada como un catalizador de la Revolución industrial,
explicando particularmente por qué ocurrió en el Reino Unido.
La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes
innovaciones de la Revolución industrial. Hizo posible mejoramientos en el
trabajo del metal basado en el uso de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil aprovechó el poder del agua
para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas industrias se convirtieron en
el modelo de organización del trabajo humano en las fábricas.
Además de la innovación de
la maquinaria, la cadena de montaje (fordismo) contribuyó mucho en la eficiencia
de las fábricas.
§ Revolución
agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión de los
propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del
uso de fertilizantes.
§ El
desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y
a la comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones
entre patronos y trabajadores son únicamente laborales y con el fin de obtener
beneficios.
§ Cambios
demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un
crecimiento demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo
adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población.
También hubo una migración del campo a la ciudad porque la ocupación en labores
agrícolas disminuyó mientras crecía la demanda de trabajo en las ciudades.
Esta primera revolución se
caracterizó por un cambio en los instrumentos de trabajo de tipo artesanal por
la máquina de vapor, movida por
la energía del carbón. La máquina
exige individuos más cualificados, produce una reducción en el número de
personas empleadas, arrojando de manera incesante masas de obreros de un ramo
de la producción a otra. Especialmente del campo a la ciudad.
El comercio
internacional
Economía industrial
Sin embargo, y a pesar de
todos los factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese podido
prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las
mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.
Estos nuevos transportes
se hacen necesarios no sólo en el comercio interior, sino también en el
comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados
nacionales e internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre
todo tras el Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones
comerciales de Inglaterra, y otros países europeos, con la América española. Se
termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se
aboga por una política imperialista y la eliminación de los privilegios
gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y
comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de
propiedad. La Revolución industrial generó también un ensanchamiento de los
mercados extranjeros y una nueva división
internacional del trabajo (DIT).
Los nuevos mercados se conquistaron mediante el abaratamiento de los productos
hechos con la máquina, por los nuevos sistemas de transporte y la apertura de
vías de comunicación, así como también, mediante una política expansionista.
El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda
una serie de transformaciones que la colocaron a la cabeza de todos los países
del mundo. Los cambios en la agricultura, en la población, en los transportes,
en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo industrial. La
industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la
base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la
siderurgia y al ferrocarril.
A mediados del siglo
XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble expansión:
las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se
estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se
desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que explica su
supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también
financiera y comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el resto de Europa y en
otras regiones como América del Norte o Japón,
la industrialización fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la
británica.
Unos países tuvieron la
industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica.
En 1850 apenas existe la fábrica moderna en
Europa continental, sólo en Bélgica hay un proceso de revolución seguido
al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo
XIX se fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania.
Otros países siguieron un
modelo de industrialización diferente y muy tardía: Italia, Imperio austrohúngaro, España o Rusia.
La industrialización de éstos se inició tímidamente en las últimas décadas del
siglo XIX, para terminar mucho después de 1914.
Etapas de la
Revolución industrial
La Revolución industrial
estuvo dividida en dos etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda
de 1880 hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales
como:
A mediados del siglo XIX,
en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que hoy conocemos
como Revolución industrial dentro de las cuales las más relevantes fueron:
§ La
aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que
mejoraban los procesos productivos.
§ La
despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller
familiar a la fábrica.
§ El uso de
nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor.
§ La
revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.
§ El
surgimiento del proletariado urbano.
La industrialización que
se originó en Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no sólo tuvo un
gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones
sociales.
Proletariado urbano. Como consecuencia de la
revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las
ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La ciudad
industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento natural de
sus habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano. La carencia de
habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población marginada
socialmente; debía vivir en espacios reducidos sin comodidades mínimas y
carentes de higiene. A ello se sumaban jornadas de trabajo, que llegaban a más
de catorce horas diarias, en las que participaban hombres, mujeres y niños con
salarios miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad
de los dueños de las fábricas o centros de producción. Este conjunto de males
que afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo
alusión a las insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban.
Burguesía industrial. Como contraste al
proletariado industrial, se fortaleció el poder económico y social de los
grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista,
caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la
regulación de los precios por el mercado, de acuerdo con la oferta y la
demanda.
En este escenario, la
burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su
situación de privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en
el origen o la sangre. Avalados por una doctrina que defendía la libertad
económica,los empresarios obtenían grandes riquezas, no sólo vendiendo y
compitiendo, sino que además pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo
aportada por los obreros.
Las propuestas para
solucionar el problema social. Frente a la situación de pobreza y precariedad de los obreros,
surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles solución; por ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a
crear una sociedad ideal, justa y libre de todo tipo de problemas sociales
(para algunos, el comunismo). Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl
Marx, que proponía la revolución proletaria y la abolición de la propiedad
privada (marxismo); también la Iglesia
católica, a través del Papa León XIII, dio a conocer la Encíclica Rerum Novarum (1891), primera Encíclica social de la
historia, la cual condenaba los abusos y exigía a los estados la obligación de
proteger a lo más débiles. A continuación, un fragmento de dicha encíclica:
Si el obrero presta a
otros sus fuerzas a su industria, las presta con el fin de alcanzar lo
necesario para vivir y sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su
parte pone, adquiere el derecho verdadero y perfecto, no solo para exigir un
salario, sino para hacer de este el uso que quisiere
Estos elementos fueron
decisivos para el surgimiento de los movimientos reivindicativos de los
derechos de los trabajadores. Durante el siglo XX en medio de los procesos de
democratización, el movimiento obrero lograba que se reconocieran los derechos
de los trabajadores y su integración a la participación social. Otros ejemplos
de tendencias que buscaron soluciones fueron los nacionalismos, así como también los fascismos en los cuales se consideraban a los
obreros y trabajadores como una parte fundamental en el desarrollo productivo
de la nación, por lo que debían ser protegidos por el Estado.
Gran Bretaña
como centro Industrial
La Primera Revolución
Industrial comenzó en Gran
Bretaña. Las causas de que fuese el país pionero en la industrialización fueron tener una nueva mentalidad
liberal económica en la cual se difundió el liberalismo
económico y permitió desarrollar
un mercado más amplio. Otro factor fue poseer numerosos yacimientos de hierro, usado para construir la
maquinaria y las herramientas y la red de ferrocarriles y contar con abundantes cuencas carboníferas que producíancarbón mineral, alimento
para la maquinaria.
A mediados del Siglo XIX empezaron a cobrar importancia países
como Alemania y Estados
Unidos, centros industriales de la Segunda
Revolución Industrial y otros
próximos a Gran Bretaña: Francia, Bélgica y Rusia.
Principios
fundamentales de la industria
Uno de los principios
fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de
producción como definitivos o acabados. Su base técnico-científica es
revolucionaria, generando así, el problema de la obsolescencia tecnológica en
períodos cada vez más breves. Desde esta perspectiva puede afirmarse que todas
las formas de producción anteriores a la industria moderna (artesanía y
manufactura) fueron esencialmente conservadoras, al trasmitirse los
conocimientos de generación en generación sin apenas cambios. Sin embargo, esta
característica de obsolescencia e innovación no se circunscribe a la ciencia y
la tecnología, sino debe ampliarse a toda la estructura económica de las
sociedades modernas. En este contexto la innovación es, por definición,
negación, destrucción, cambio, la transformación es la esencia permanente de la
modernidad. Principios fundamentales de la industria moderna es que nunca
considera a los procesos de producción como definitivos o acabados. - El
desarrollo de nuevas tecnologías, como ciencias aplicadas, en un receptivo
clima social, es el momento y el sitio para una revolución industrial de
innovaciones en cadena, como un proceso acumulativo de tecnología, que crea bienes y
servicios, mejorando el nivel y la calidad de vida. Son básicos un capitalismo incipiente, un sistema educativo y
espíritu emprendedor. La no adecuación o correspondencia entre unos y otros
crea desequilibrios o injusticias. Parece ser que este desequilibrio en los
procesos de industrialización, siempre socialmente muy inestables, es en la
práctica inevitable, pero mensurable para poder construir modelos mejorados.
Gabriel alejandro chavez angulo 2 A m/t #5
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